Cuando pensamos en cambiar el rumbo de nuestras vidas sea por los motivos que sean y decidimos irnos a otro país, una duda nos congela: ¿lograremos todos los objetivos que nos proponemos al dar este paso? La cuestión es que hasta que lo intentemos no sabremos si somos capaces de llevar las riendas de nuestra vida y destino. Hay quienes piensan que es necesario cambiar continuamente, otros que no es muy bueno hacerlo y otros sienten que es imposible lograr los cambios propuestos. Debemos ser capaces de darle un significado a la realidad, al guiar los cambios de nuestra vida, con nuestros valores e ideales, hacia nuestras metas y esta facultad no está destinada a unas pocas personas, todos podemos ser capaces de hacerlo. Se trata de tomar el timón de nuestro barco, de pilotarlo hacia donde queremos y podemos, y no hacia donde nos lleva la corriente o un mapa obsoleto que no incluye la información necesaria para una navegación óptima.
Un factor que en muchas ocasiones no nos deja avanzar hacia el cambio es el miedo, este es el gran freno para cualquier cambio de vida, nos puede sorprender en el peor momento y de la peor manera, exhibiendo ante nuestros ojos todos los peligros a los que nos exponemos y colapsando nuestra capacidad de decisión.
El miedo nos hace perder un montón de oportunidades. Debido a el nos encerramos en nuestro círculo de seguridad, perdemos nuestra vitalidad y nuestra capacidad de afrontar nuevos retos. Si controlamos nuestro miedo, seremos capaces de explorar nuevos horizontes, intentar hacer las cosas que siempre hemos querido hacer, pero que nunca nos hemos atrevido, y empezaremos a liberar nuestro verdadero potencial humano. Controlar nuestro miedo hará posible el cambio.
También puede ocurrir que el freno al cambio no provenga de nuestros hábitos, miedos o incertidumbres, sino del exterior: la pareja, los hijos, los amigos, el trabajo, las convenciones sociales. No todos evolucionamos al mismo ritmo, pero cada uno debe intentar preservar las cadencias de su propia evolución, y adoptar las decisiones que considere esenciales para su progreso como ser humano. El cambio implica la adaptación a nuevas normas, leyes, formas de comportamiento, de vivir quizás de otra manera la cotidianidad. Para muchas personas implica dejar a familiares y amigos, amores, recuerdos, vivencias… para comenzar a construir nuevas anécdotas, hacer nuevos amigos… pero la fórmula para lograr todo eso, pienso que sea, tener la determinación necesaria para hacer realidad nuestros sueños, plantearnos nuestros objetivos a largo y corto plazo. Aunque una cosa sí que es cierta, estemos donde estemos no debemos perder nuestra esencia, nuestras raices, lo que nos hace diversos y únicos.
Los seres humanos somos animales de costumbres y tendemos a responder del mismo modo ante estímulos similares, pero a la vez tenemos capacidad para reaccionar de modo distinto al habitual, ya sea porque el entorno nos exige en ese momento respuestas distintas o ya porque queremos mejorar como personas y ser más felices.
En la actualidad millones de personas han cambiado de país ya sea para vivir por un tiempo o de forma definitiva o para trabajar. La emigración crece cada vez más en este siglo XXI, las ciudades se hacen cada vez más cosmpolitan, diversas, donde confluyen culturas disímiles. Aproximadamente una tercera parte de la población mundial se ha trasladado de un país en desarrollo a otro, mientras que otro tercio ha pasado de un país en desarrollo a uno desarrollado. Es decir, que los migrantes “Sur a Sur” son casi tan numerosos como los “Sur a Norte”.
Las personas que han conseguido realizar grandes y satisfactorios cambios en su vida, lo han hecho a costa de romper hábitos y creencias (suyas o ajenas) que les impedían evolucionar en la dirección deseada. Es frecuente que la idea motora del cambio sea una obsesión o una convicción profunda que permanecía aletargada esperando el momento para emerger. Pero no siempre es así. La creatividad de la psique humana es insondable, y una persona pensando y reflexionando puede llegar muy lejos si se lo propone. La base de todo cambio es atreverse a dar el paso para iniciarlo. Inténtalo, toda la vida es un cambio…
Mariana Benitez
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