Por supuesto, ya sabemos que las personas en viaje de negocios no se divierten nada (aunque esto no lo tengo nada claro), pero vale la pena visitar Frankfurt si tienes ocasión. Esta ciudad, de más de dos mil años de antigüedad, tiene mucho que ofrecer: rascacielos, el río Meno, un teatro operístico famoso, un distrito de teatros próspero, el zoo, una calle comercial peatonal, parques, montones de bares y discotecas, y más de cincuenta museos; de arte, sobre Alemania, el Museo Judío, de Historia Natural, y muchos más, además de la Messe Frankfurt, sede de conocidas exposiciones, ferias y salones internacionales, entre otras, la Feria del libro más importante del mundo.
Miriam Ronzoni, italiana de nacimiento pero europea de residencia nos cuenta cómo han sido los últimos 10 años de su vida viajando por el viejo continente, siempre con la maleta a punto. Actualmente trabaja cómo profesora en la Universidad de Frankfurt.
¿Por qué Alemania?
He llegado aquí después de haber obtenido una posición post-doctorado en filosofía política en la Universidad de Frankfurt a finales de 2009, después de haber hecho un doctorado en Inglaterra, en Oxford y en otro lugar, en el Instituto Universitario Europeo, en Fiesole (Florencia). Ahora obtenido una beca de fondos para crear un grupo de investigación propio, que estudiará como la globalización crea obstáculos en la capacidad de los Estados de gestionar las propias políticas de modo automático, y cuales son los problemas de justicia social, y transparencia democrática que esto conlleva. Empiezo dentro de un mes, ¡y no veo la hora de empezar!
¿Qué significa para ti “Vivir fuera de casa”? ¿Qué representa para ti viajar?
Significa estar siempre un poco en casa y un poco no. Me siento así cuando estoy fuera, pero me siento también así cuando vuelvo a Milán, mi ciudad. Es el destino del emigrante, te cambia por dentro, te vas haciendo de tantos trocitos distintos, por tanto, donde quiera que vayas puedes reconocer algo con lo que establecer una conexión, pero también encuentras rápido lo que té falta. A veces este conocimiento cansa, pero en el fondo es una cosa buena. Siempre he amado viajar, pero después de diez años dando vueltas por Europa, continuo a hacerlo, cierto, también por trabajo, pero debo confesar que cuando tengo tiempo mi primer pensamiento es emplear ese tiempo para volver a casa, y “reenganchar” un poco con mis raíces. Dicho esto, prácticamente soy una mujer con la maleta a punto, y al final creo que me quedaré así todavía por mucho tiempo.
¿Qué ofrece Frankfurt desde el punto de vista turístico-cultural?
La feria del libro más bonita que exista. La Frankfurter Buchmesse es la mayor feria comercial de libros del mundo. Cada año, a mediados de octubre, representantes de compañías editoriales y multimedia de todo el mundo acuden a esta feria para negociar derechos publicitarios y cláusulas de licencia. Además, siempre se puede disfrutar de una buena escena musical y teatral, la cercanía a algunos de los lugares más bonitos de Alemania, sobre todo los tres importantes ríos: el Meno, el Reno, y la Mosella. Además, una cosa que muchos no saben es que Frankfurt está prácticamente rodeada de maravillosas y fantásticas zonas de producción vinícola. La Franconia, el Rheinhessen, y el Rheingau. Entre otras cosas, es una de las ciudades alemanas con el clima más mítico.
¿Qué es lo que más te llama la atención de Frankfurt?
Hay ciertas cosas que hacen que Frankfurt sea particular, sobre todo porque es una ciudad increíblemente multicultural, de una multicultural tranquila, sin necesidad de ser Londres o Nueva York. Aquí es muy normal escuchar lenguas de todas las partes del planeta cuando coges el metro. Y sin que la ciudad, entre otras cosas no muy grande, este dividida en “Chinatown” o “Little Italy”. Aquí existe una verdadera integración, por lo que todos viven un poco mezclados por todas partes. De modo que, cuando llegué, me resultó difícil encontrar una “comunidad” italiana (después con el tiempo lo he conseguido), porque no existen, casi, comunidades en el sentido cerrado y guetizado del término.
5 lugares para visitar de la ciudad.
Frankfurt es la sede del salón del automóvil más importante de Alemania y uno de los más importantes de Europa: El Salón del Automóvil de Frankfurt que se celebra los años impares desde el año 1897.
Römer, centro antiguo de Frankfurt, pequeño grupo de casas que quedaron completamente destruidas por los bombardeos de la aviación inglesa en la segunda guerra mundial, reconstruido con todo detalle, sobre la base de la documentación existente, en los años ochenta del pasado siglo, como muestra de lo que fue la ciudad antes de ser completamente destruida, al igual que otras muchas ciudades alemanas.
Sachsenhausen, un barrio típico que apenas sufrió los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Acoge desde hace decenios a restaurantes y sidrerías tradicionales de la cocina francfortesa. Hoy día posee menos atractivo turístico en el sentido tradicional, siendo más de visitado por público joven nocturno.
Maintower (Torre del Meno), desde la terraza situada a 200 m de altura se puede disfrutar de una vista estupenda. Sobre todo en los meses de octubre a marzo a partir de las 17 se ve la ciudad totalmente iluminada. Es una vista única en Alemania.
Torre de la Feria, Messe Turm, diseñada por el arquitecto Helmut Jahn. Fráncfort es el centro de las ferias, y, gracias a ellas, casi tres millones de personas visitan la ciudad todos los años para ver la Feria de la Música, la Feria de los libros o la Feria del Automóvil.
¿Cómo es el carácter de los alemanes?
Cuando he llegado a Alemania por primera vez, en 2000, para hacer el Erasmus, me ha impresionado, favorablemente. Los jóvenes alemanes me parecían más abiertos y relajados que sus coetáneos italianos. Ahora que mis coetáneos son los treintañeros, lentamente las cosas empiezan a cambiar. Quién estudia, en Alemania, sale de casa enseguida, y se independiza. Sin embargo a largo plazo, somos nosotros los latinos los que más nos relajamos y gozamos en el arco de la vida entera. Los alemanes son más abiertos, genuinamente interesados en aquello que es diverso, y genuinamente democráticos.
¿Te has arrepentido alguna vez de cambiar “la dirección de tu vida”?
En general no. No porque no sea nostálgica, lo soy y bastante, y apenas he podido, me he comprado un apartamento en Milán donde vuelvo cuando tengo un momento. Pero sé que idealizo la vida en Italia, veo como están mis amigos. En definitiva, si me hubiera quedado hubiera mantenido mis raíces, pero estaría muy frustrada por tantos motivos. A veces, me pregunto que hubiera ocurrido si hubiera insistido más. Me fui con 25 años, después de los primeros ‘sufrimientos’ con el mundo universitario y laboral italiano. A veces me pregunto que hubiera pasado si hubiera tenido un poco más de paciencia. Pero solo a veces…
En cambio, ¿qué harías nuevamente, es decir, qué no cambiarías de tu elección?
Hacer un doctorado en Oxford ha sido una auténtica fatiga, pero al final valió la pena.
¿Cómo te ves en 10 años?
Me veo cómo docente universitaria, probablemente en Alemania o en Inglaterra. Me gustaría poder volver a Italia, en cambio no creo poder conseguirlo en los próximos 10 años. Soñar no cuesta nada ¿verdad?
¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
Me gusta sobre todo socializar, rasgo de verdadera latina. Después amo el cine y los deportes al aire libre, sobre todo coger la bicicleta de montaña y perderme. Amo el mar. Además, obviamente, adoro la buena cocina y el buen vino.
El sueño de tu vida es…
¿Porqué uno solo? Bromas a parte, me repito: me gustaría volver, no solo por una cuestión personal, de familia. Me gustaría traer a casa aquello que he aprendido. Mi sueño, en otros términos, sería aquello de poder dar mi pequeña aportación al “renacimiento” de mi país, con mi trabajo, con el empeño político, etc. El drama de Italia es que no dejan hacer, te miran mal, y sobre todo, si estas son tus intenciones.
En Alemania esto no ocurre.
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